miércoles, 9 de marzo de 2011

¡¡¡No emprendas, que te vas a caer!!!

Cuando un emprendedor decide lanzarse al mercado, son muchas las voces que tratan de disuadirle y la mayoría, de su entorno.


manos-cadenas
(EDL) Hay que admitirlo, no nos educan para el riesgo. Nos dicen desde que somos muy pequeños que no toquemos eso, no lo probemos o no corramos. El instinto de protección de  los padres es una de las cosas más bonitas que existen, pero a su vez, el mayor condicionante a la hora de desarrollar determinada aptitudes que nos servirán en nuestro futuro.
No hay que tener miedo a tropezar, recuerda que la frase “dice de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Esto es genial, ya que si lo sigues intentando, a la tercera no tropezarás y triunfará tu perseverancia.
A la hora de montar una empresa o negocio, lo más sencillo es darle forma a la idea en tu cabeza.  Es un ejercicio solitario en el que puedes dar rienda suelta a tus sueños. Ahí, en tu mente, no habrá problemas de financiación, ni seguridad social, ni noches en vela pensando como pagar las facturas. Todo es idílico y bonito.
Después de idealizar tu idea, llega el momento de transmitirla a amigos y familiares. Precisamente en este punto, es donde se demuestra que no hemos sido educados para el riesgo. Son miles de buenas ideas las que se han perdido por falta de apoyo del entorno del emprendedor. Muchas empresas se llevan por delante buenas relaciones.
Al emprendedor hay que apoyarle, no transmitirle nuestros miedos o inseguridades, claro que siempre en un contexto de emprendimiento serio y factible.
  • Editor
  • miércoles, 9 de marzo de 2011

Cuando un emprendedor decide lanzarse al mercado, son muchas las voces que tratan de disuadirle y la mayoría, de su entorno.


manos-cadenas
(EDL) Hay que admitirlo, no nos educan para el riesgo. Nos dicen desde que somos muy pequeños que no toquemos eso, no lo probemos o no corramos. El instinto de protección de  los padres es una de las cosas más bonitas que existen, pero a su vez, el mayor condicionante a la hora de desarrollar determinada aptitudes que nos servirán en nuestro futuro.
No hay que tener miedo a tropezar, recuerda que la frase “dice de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Esto es genial, ya que si lo sigues intentando, a la tercera no tropezarás y triunfará tu perseverancia.
A la hora de montar una empresa o negocio, lo más sencillo es darle forma a la idea en tu cabeza.  Es un ejercicio solitario en el que puedes dar rienda suelta a tus sueños. Ahí, en tu mente, no habrá problemas de financiación, ni seguridad social, ni noches en vela pensando como pagar las facturas. Todo es idílico y bonito.
Después de idealizar tu idea, llega el momento de transmitirla a amigos y familiares. Precisamente en este punto, es donde se demuestra que no hemos sido educados para el riesgo. Son miles de buenas ideas las que se han perdido por falta de apoyo del entorno del emprendedor. Muchas empresas se llevan por delante buenas relaciones.
Al emprendedor hay que apoyarle, no transmitirle nuestros miedos o inseguridades, claro que siempre en un contexto de emprendimiento serio y factible.


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