Lanzarote se mueve, emprender o vivir del cuento

• Editor
• jueves, 20 de enero de 2011

(EdL) Hablaba la semana pasada con un amigo, que se quejaba de la falta de ayuda en esta isla a nuevos proyectos empresariales. Mantenía, que las instituciones insulares, bancos, Cámara de Comercio y demás, no colaboraban con las personas que tenían una idea. Además, afirmaba con rotundidad, que esta no es una isla para empresarios con ganas. Mi amigo podría tener parte de razón, pero para ser sinceros, debo confesar que nunca había realizado nada, nunca había abordado seriamente su proyecto y mucho menos, tenía un “no” de instituciones insulares, bancos, cámara de comercio y demás.

Mi amigo es una de esas personas que preguntan, ¿Quién me ha robado mi queso?   Y que cuando le dices que denuncie el delito, te responderá :  “eso no vale para nada, al final no los cogerán”.

Creo  firmemente que la incógnita en  la ecuación de tu vida  eres tú. Esperar a que llegue el “solucionador” universal de problemas es muy fácil y poner la responsabilidad sobre los hombros de otra persona, muchos más. No hago esto, debido a esto, a eso o a aquello. Buscamos la absolución a nuestro pecado de “cobardía”, rezando a la  “santa falta de ayuda”. Ponemos una mordaza a nuestros sueños, por el miedo al rechazo, un condicionante que puede ser educacional pero que en mi opinión, se puede vencer y se debe vencer.

Lanzarote se mueve, está viva, quien no se haya dado cuenta de eso es que no quiere verlo. Cada vez son más las personas interesadas en ser protagonistas de sus vidas, de emprender como vía para realizar sus sueños. Son personas que han desterrado el miedo al fracaso, para  plantar en ellos la semilla del reto, de la lucha, del desarrollo…

Lanzarote se mueve, y sí, la mueven personas al margen de las instituciones. Gente con inquietudes que está luchando por darle vida a un proyecto. Lanzarote se mueve y te necesita. Si eres una de esas personas, gracias por convertirte en ejemplo, por ser un reto a superar, por estar aquí  y desarrollar tu idea. Sí no lo eres, ¿a qué esperas?